Hace seis años que me ponía delante de un folio en blanco para escribir la primera editorial como responsable de Ortodoncia Española. En aquel manuscrito (costumbres que tiene uno) daba las gracias a todas las personas que habían confiado en mí para este puesto, y adelantaba o dejaba entrever cuales iban a ser los objetivos y líneas maestras de mi trabajo. Digitalización, Internacionalización, Indexación.
Preparando un poco qué decir en esta última, he buscado opiniones acerca del “paso del tiempo”, de personajes célebres, de filósofos, de historiadores… y he encontrado tal cantidad de obviedades, que no he podido más que lamentarme. Nadie puede definir el paso inexorable del tiempo. Simplemente pasa.
En estos seis años han ocurrido muchas cosas. Nos han ocurrido muchas cosas. Pero no creo que sea el momento de glosarlas todas. Quizás la Pandemia mundial y el confinamiento haya sido el hecho más destacado de cuantos hemos vivido. El resto ha sido el devenir de acontecimientos normales que rodean a una sociedad como la nuestra, y La Revista se ha limitado a acompañar esos acontecimientos, intentando crecer, mejorar y al fin y al cabo intentar cumplir esos tres objetivos marcados. No soy quien para valorar hasta qué punto lo hemos conseguido.
Por eso no vamos a mirar atrás sino al futuro, para desear suerte a mi sustituta o sustituto. Espero que llegue con la ilusión y las ganas con las que aceptamos nosotros en su día esta misión.
Creo que el único sentido de esta carta es dar las gracias. A todos en general y a cada uno en particular de los que se han implicado en este proyecto, nos han ayudado, y han contribuido en la medida de lo posible a su continuidad. Intentar nombrarlos a todos sería muy difícil y correría el riesgo de dejarme alguno, y el momento de dar las gracias no es precisamente el momento de ser ingrato. Pero si voy a hacer tres menciones especiales.