La revista de la Sociedad Española
de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial.

Editorial

Díez Rodrigálvarez, Daniel

Díez Rodrigálvarez, Daniel

Sin artículos publicados

Miembro diplomado de la SEDO. Editor de Ortodoncia Española. Director del master de ortodoncia y ortopedia dentofacial de la IU MISSISSIPPI.

¡Más difícil todavía!

Coincidiendo con el primer congreso monográfico sobre “ALINEADORES Y NUEVAS TECNOLOGIAS” que organiza la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ORTODONCIA, tenemos el placer de presentaros el segundo número monográfico dedicado a esta técnica de tratamiento. Es innegable que el enorme impacto que los alineadores están teniendo en el día a día de nuestra profesión, justifica por sí solo la presencia de ambos. Si de alguna forma puede y debe ayudar la SEDO y su Revista a sus miembros, es poniendo a disposición de todos, los medios para compartir la nueva información aparecida y los avances clínicos que en todas las disciplinas se van produciendo. Es el único modelo útil para conseguir progresar como colectivo y de manera individual, con el objetivo común de dar la mejor atención posible a nuestros pacientes.

Y creemos sinceramente que, en este caso, la necesidad de este esfuerzo está justificada por dos motivos. El primero es el tremendo crecimiento de la demanda de estos tratamientos tanto por parte de los pacientes como de los profesionales. El segundo es que desde el punto de vista biomecánico los alineadores han supuesto indudablemente un considerable “paso atrás”. Repasemos ambos.

El incremento de la demanda por parte de los pacientes es claro y bastante bien justificado. La combinación de mucha más estética con muchas menos molestias es difícilmente rebatible. A cambio sólo es necesaria una “perfecta colaboración” por parte del paciente que hasta hoy no parece presentarse como un escollo. (¿os acordáis los más mayores de aquellos congresos de los años 90 buscando el santo grial del “non compliance” …?). El incremento de la demanda por parte de los profesionales parece ser más dual, y si por un lado está el dar satisfacción a esa llamada del mercado que hemos señalado anteriormente, aparece por otro la percepción por parte de algunos de que ahora es todo “más fácil”, y que las herramientas de software pueden hacernos casi todo el trabajo. A la mezcla de ambos solo le queda que sea más barato para que el círculo comercial acabe de cerrarse. No podemos hacer mucho desde aquí para explicar a los pacientes que sus maloclusiones forman parte de su salud, aunque nuestra Sociedad con su Presidente a la cabeza, sí hace esfuerzos diarios por todos los canales posibles para intentar que cale ese mensaje en la población. Sí podemos desde aquí trasladar machaconamente el mensaje de que la Ortodoncia no ha cambiado en cuanto a sus objetivos. Que el diagnóstico apropiado y el plan de tratamiento individualizado son las claves del éxito de cualquier tratamiento. Y que el tipo de aparatología para conseguir los objetivos del plan de tratamiento es secundario “siempre y cuando sea útil”. Por lo tanto, es ahí donde la SEDO organizando este congreso, y su REVISTA editando este número, se ponen al servicio de los profesionales para, a través de este tipo de encuentros y de las publicaciones de nuestros autores, intentar mantener la esencia de nuestra “especialidad” (a la que espero más pronto que tarde quitemos las comillas).

En cuanto a la eficacia de los alineadores, simplemente nos encontramos delante de una curva de aprendizaje que debe resolver movimientos ortodónticos de otra manera. Nueva. Palabras como torque, rotación, extrusión, distalización o cierre de espacios han cobrado de nuevo actualidad simplemente porque de nuevo vuelven a suponer un “desafío “biomecánico, cuando parecían sobradamente superadas en el contexto de la aparatología fija.

Vienen a nuestra memoria los recuerdos infantiles del Circo, cuando algo tan sencillo como recorrer 20 metros de distancia provocaba miedo y admiración si se hacía sobre un alambre de acero a 15 metros de altura, cuando saltar de una silla a otra no era tan fácil si era un arco en llamas lo que las separaba, o si llevar a una persona en brazos era increíble si se hacía colgado de un trapecio a toda velocidad. Y de fondo, arropando estas maravillas, la voz del director de pista anunciando un “más difícil todavía”. Vienen a nuestra memoria estos “singulares” logros cuando vemos que en el campo de los alineadores se utiliza sobre todo el case report en el que el éxito real no está en lo conseguido sino en que se ha conseguido con alineadores. Y muchas veces no sabemos si algunos éxitos dependen de lo propicio del caso (la indicación), de las bonanzas de la técnica (la biomecánica) o de la pericia del profesional ( la formación). Una y otra vez se comunican antes-después de casos donde no se ha hecho nada que no hiciéramos antes, sino que lo logrado ha sido con alineadores. Y parece que cada nuevo caso responde a un “más difícil todavía”. Cada nuevo atache, cada microtornillo añadido, cada elemento auxiliar viene a sustanciar los “defectos biomecánicos” y “la genialidad” individual para soslayarlos. Y al igual que en el circo, en muy pocas ocasiones vemos las veces que el funambulista cayó a la red (cuando no dramáticamente al suelo), o el intrépido saltarín sufrió quemaduras.