Nuestra Sociedad existe hace 53 años. Desde sus inicios, con un número de aproximadamente 200 Miembros, se han celebrado Congresos-Reuniones anuales siguiendo siempre la misma estructura, la misma fórmula, manteniendo la tradición de nuestra Sociedad.

Y mi pregunta es: ¿Convendría considerar algunos cambios y reajustes?

Profesionalmente hemos evolucionado, hemos ido incorporando nuevas tecnologías, distintas metodologías y modernas teorías ergonómicas. ¿Por qué, entonces, permanece inalterable la fórmula de nuestros Congresos? ¿Por qué seguir igual que cuando éramos apenas 200 Miembros siendo ahora más de 1500? Si el número de comunicaciones ha aumentado en la misma proporción que el número de Miembros ¿por qué seguir igual?

Y el problema es que evidentemente no hay tiempo para todas las comunicaciones que ahora se presentan. La solución que se adoptó en su dia, reducirlas a 10 minutos, tampoco fue suficiente y hubo que habilitar segundas Salas. Estas dos medidas, desde mi punto de vista, no fueron las más idóneas. En 10 minutos no se puede materialmente exponer ningún tema, por sencillo que sea, y las salas B impiden poder oír muchas conferencias que pueden interesar.

Esto ha traído como consecuencia una progresiva devaluación de las comunicaciones y ha hecho que nuestros congresos se hayan convertido en un conjunto de conferenciantes invitados, extranjeros y españoles, cuando tendrían que ser un punto de encuentro de los Miembros de la Sociedad en el que todos, jóvenes y veteranos, pudieran presentar sus comunicaciones y trabajos.

Para darle a las comunicaciones el interés y la importancia que realmente tendrían que tener sería necesario aumentar el tiempo de las mismas y suprimir las segundas salas. Esto alargaría excesivamente el Congreso y no sería viable.

En la actualidad un pre-congreso y congreso todo seguido se hace demasiado largo. La gente se cansa, no es fácil escuchar conferencias encerrado en una sala durante tantos días. Por otra parte, un congreso con esa duración aumenta el tiempo fuera de casa y la economía se resiente. Esto provoca que haya compañeros que acudan sólo al curso, otros sólo al congreso y sólo unos pocos se queden a las dos cosas.

Quizás fuera mejor separar en el tiempo ambos eventos, el curso pre-congreso y el congreso. Con esto se podría alargar un poco el congreso propiamente dicho y aumentar más el tiempo de exposición a las comunicaciones (20 minutos) con lo que se recobraría el protagonismo de las mismas en la SEDO.

El curso con conferenciantes extranjeros, que tan necesario es para la puesta al día en la Ortodoncia actual, se podría celebrar en febrero o marzo, y organizado por el propio Presidente de Reunión.

Sin olvidar la función de la SEDO de formación continuada de sus Miembros, no debemos perder de vista la gran oferta de cursos de ortodoncia que hay a lo largo del año, muchos de ellos con una gran calidad, a los que acuden un gran número de ortodoncistas.

Por otra parte, es una pena que la cena de clausura, en la que se dan los premios y distinciones de la Sociedad, tenga tan poca asistencia. Una posible solución podría ser incluirla dentro de la inscripción al congreso y suprimir la cena del Presidente, con lo cual tendría mucha más asistencia y, a su vez, al ser el ultimo día y no haber conferencias al día siguiente, no tendríamos el problema de la falta de puntualidad a la hora de empezar las sesiones. Con esto también abarataríamos los congresos, que es otra queja que se suele escuchar por los pasillos.

Resumiendo, el objetivo a la hora de organizar nuestros congresos debe ser devolverle todo el protagonismo a los socios, cada vez más jóvenes, y no sobrecargar su economía cada vez más ajustada por razones obvias.

Ortodoncia Española

Editorial

Nuevos tiempos. Nuevos congresos. Sugerencias.