Introducción
Es importante establecer la diferencia entre equidad e igualdad de género, que aunque se puede pensar que son sinónimos son términos totalmente diferentes la igualdad es que exista un trato igual entre hombres y mujeres mientras, que la equidad no consiste en tratar a las personas del mismo modo, sino en tener en cuenta las circunstancias personales y establecer acciones concretas para subsanar las desventajas en la condición que se da cuando individuos de ambos sexos pueden desarrollar libremente sus habilidades personales y tomar decisiones sin limitaciones impuestas por roles de género para que todos puedan partir de una posición igualitaria.(1)(2)(3)
Después de establecidos estos conceptos es muy importante recordar que la participación de la mujer en publicaciones científicas desde su origen no era algo frecuente debido a los prejuicios, machismo y a los estereotipos de género que se arrastraban desde hace mucho tiempo y mantenían a las mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia siendo poco representadas en las posiciones de más rango académico y en los órganos de decisión sobre la ciencia, sin embargo, a lo largo de la historia algunas mujeres marcaron la diferencia; tal es el caso de Marie Curie quien fue la primera mujer en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades científicas: Física y Química; también fue la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París y la Pionera en el campo de la radiactividad entre otras mujeres que hicieron historia en la ciencia.(4)(5)(6)(7)(8)(9)
En lo que se refiere a las publicaciones científicas en el área de la salud estudios de hace 5 años refieren que de cada 10 artículos publicados 4 corresponden a investigadoras mujeres y que esta cifra se ha ido incrementando con el tiempo dado que las revistas científicas son un importante canal de comunicación de los avances de la ciencia, para que este proceso se pueda efectuar, desde hace pocos años se implementó la Comisión de Equidad de Género quien se encarga de modificar las prácticas desiguales de trato y también la forma en que se enseña, quién o quiénes lo enseñan y los contenidos, además, implica la disposición a realizar los cambios de fondo en las acciones pedagógicas y de enseñanza, ya que aún existiría la exclusión de las mujeres de las instituciones educativas y de publicaciones científicas en las que se legitima la ciencia oficial y la segregación de científicas en grupos de investigación debido a su género.(10)(11)