Introducción
Las maloclusiones de clase III esqueléticas pueden ser debidas a un deficiente desarrollo maxilar, excesivo crecimiento mandibular o una combinación de ambos. Las compensaciones dentoalveolares (proinclinación de los incisivos superiores y retroinclinación de incisivos inferiores) son frecuentes en estos pacientes para mantener la función masticatoria y enmascarar la discrepancia esquelética subyacente.
Pacientes sin crecimiento con una maloclusión de clase III leve o moderada y con una estética facial aceptable, se pueden beneficiar de un tratamiento ortodóncico “de camuflaje”. Sin embargo, cuando la maloclusión esquelética es muy acentuada, se obtienen mejores resultados funcionales y de estética facial, combinando el tratamiento quirúrgico con el ortodóncico. Cuando no se produce una descompensación dental adecuada, queda comprometida la calidad y cantidad de corrección quirúrgica, obteniéndose valores de ANB no ideales.